...Y una buena.
Sadam Husein, ejecutado en la horca tras ser condenado a muerte por un tribunal iraquí
Tras la confusión generada en las primeras horas de la noche sobre el traslado de Sadam y fracasado el último intento de apelar a un tribunal de EEUU para postergar la ejecución, el ex dictador iraquí ha sido ahorcado en Irak. Lo confirman la televisión estatal de Irak y un alto mando militar estadounidense. La ejecución de Sadam Husein llega tres años después de su captura en un escondite, en diciembre de 2003. La condena a muerte inapelable es por el asesinato de 148 personas en 1982 pero su expediente está plagado de muertes, torturas y uso de agentes químicos contra la población desde que accedió al poder, hace más de 26 años. Junto a él han sido ejecutados su hermanastro y un asesor.
El ahorcable
Juan Carlos Girauta
Me asombra que ciertas causas puedan movilizar a alguien. Salvo que vengan con algún incentivo, como ese orgasmo global que se está organizando por el bienestar del planeta, o algo así. Si uno se sumerge en la industria de la solidaridad se topa con el discutible uso que los solidarios dan a menudo a las cuotas de los donantes.
En algunos casos, el único que ve a un niño africano es el fotógrafo hacedor de iconos por encargo, autor del documento con que los solidarios profesionales azotan conciencias, atizan culpas ficticias y siembran el malestar en quienes les mantienen. En estos casos, el incentivo de los solidarios es vivir de su solidaridad. Respetabilísimas oenegés dedican la mayor parte de su presupuesto a sostener a la propia organización, lo que incluye interesantes sueldos con los que el mercado, ay, jamás premiaría a los solidarios si en vez de trabajar de buenos trabajaran sin más.
No sé qué relación mantendría la prescindible Bardot con las focas para acabar en ese monotema. Se me escapan los motivos que conducen a otros a defender la prohibición del DDT, poniendo a dudosos pájaros por delante de dos millones de vidas humanas, que son las que se pierden anualmente por culpa de la malaria, enfermedad que no existiría si se siguiera usando el producto contra el que nació el movimiento ecologista. Lo único seguro es que hay incentivos, en la inocua BB y en los nocivos bobos.
Pero, ¿qué explicación tiene que un periodista dedique una columna –es decir, realice un esfuerzo, concite atención, establezca comunicación intencionada, luche un poco, en definitiva– a denunciar la ejecución de Sadam Hussein? ¿Cuál es el incentivo? Lo de salvar una vida humana no cuela. Hay otras muchas en peligro, y estos bondadosos no parpadean. La ausencia de incentivos apunta a algo monstruoso: son partidarios del genocida. Sólo creeré en las buenas intenciones de los extraños defensores de Sadam si demuestran que consagraron las mismas energías a tratar de salvar a los inocentes que Sadam ejecutó, gaseó, trituró, exterminó.
Siempre es motivo de alegría que un tirano muera y no lo haga en la cama como Pinochet sino como consecuencia de sus crimenes. No soy tan ingenuo como para creerme que la ejecución de Saddam sea ninguna solución. No es eso lo que celebro sino el hecho de que haya sido castigado con la horca por lo que hizo. Ese debe ser el fin de todos los que, como él, han causado daño a víctimas inocentes.
Estoy seguro que en las tumbas de muchos kurdos hoy se respira justicia.
Tras la confusión generada en las primeras horas de la noche sobre el traslado de Sadam y fracasado el último intento de apelar a un tribunal de EEUU para postergar la ejecución, el ex dictador iraquí ha sido ahorcado en Irak. Lo confirman la televisión estatal de Irak y un alto mando militar estadounidense. La ejecución de Sadam Husein llega tres años después de su captura en un escondite, en diciembre de 2003. La condena a muerte inapelable es por el asesinato de 148 personas en 1982 pero su expediente está plagado de muertes, torturas y uso de agentes químicos contra la población desde que accedió al poder, hace más de 26 años. Junto a él han sido ejecutados su hermanastro y un asesor.
El ahorcable
Juan Carlos Girauta
Me asombra que ciertas causas puedan movilizar a alguien. Salvo que vengan con algún incentivo, como ese orgasmo global que se está organizando por el bienestar del planeta, o algo así. Si uno se sumerge en la industria de la solidaridad se topa con el discutible uso que los solidarios dan a menudo a las cuotas de los donantes.
En algunos casos, el único que ve a un niño africano es el fotógrafo hacedor de iconos por encargo, autor del documento con que los solidarios profesionales azotan conciencias, atizan culpas ficticias y siembran el malestar en quienes les mantienen. En estos casos, el incentivo de los solidarios es vivir de su solidaridad. Respetabilísimas oenegés dedican la mayor parte de su presupuesto a sostener a la propia organización, lo que incluye interesantes sueldos con los que el mercado, ay, jamás premiaría a los solidarios si en vez de trabajar de buenos trabajaran sin más.
No sé qué relación mantendría la prescindible Bardot con las focas para acabar en ese monotema. Se me escapan los motivos que conducen a otros a defender la prohibición del DDT, poniendo a dudosos pájaros por delante de dos millones de vidas humanas, que son las que se pierden anualmente por culpa de la malaria, enfermedad que no existiría si se siguiera usando el producto contra el que nació el movimiento ecologista. Lo único seguro es que hay incentivos, en la inocua BB y en los nocivos bobos.
Pero, ¿qué explicación tiene que un periodista dedique una columna –es decir, realice un esfuerzo, concite atención, establezca comunicación intencionada, luche un poco, en definitiva– a denunciar la ejecución de Sadam Hussein? ¿Cuál es el incentivo? Lo de salvar una vida humana no cuela. Hay otras muchas en peligro, y estos bondadosos no parpadean. La ausencia de incentivos apunta a algo monstruoso: son partidarios del genocida. Sólo creeré en las buenas intenciones de los extraños defensores de Sadam si demuestran que consagraron las mismas energías a tratar de salvar a los inocentes que Sadam ejecutó, gaseó, trituró, exterminó.
Siempre es motivo de alegría que un tirano muera y no lo haga en la cama como Pinochet sino como consecuencia de sus crimenes. No soy tan ingenuo como para creerme que la ejecución de Saddam sea ninguna solución. No es eso lo que celebro sino el hecho de que haya sido castigado con la horca por lo que hizo. Ese debe ser el fin de todos los que, como él, han causado daño a víctimas inocentes.
Estoy seguro que en las tumbas de muchos kurdos hoy se respira justicia.
A través de Andrés tenemos acceso a este vídeo de la ejecución del tirano:
La imagen es bastante cutre y no muy agradable, pero refleja fielmente como debe ser el final de un tipo como él.
Etiquetas: Nazis de ayer y hoy
11 comentarios:
Un tirano menos!
Justicia justicia perseguirás!
Por cierto, en los territorios palestinos se está haciendo duelo por la muerte de este genocida, con eso podemos ver la clase de mala gente que son los palestinos.
De Anónimo, A las 12/30/2006 10:37 p. m.
lo que prueba que EEUU no respeta a sus titeres, quien armo a Sadaan para la eliminacion de los kurdos fue estados unidos, y antes del juicio por la causa , kurda lo eliminaron , la memoria a veces es muy fragil en el imperio del capitalismo salvaje...agur
De noralicia, A las 12/31/2006 1:17 a. m.
Lamentablemente EE UU siempre comete el mismo error: arma a los dictadores que después tiene que eliminar. Pasó con Noriega, pasó con Bin Laden y pasó con Saddam Hussein. Lo que tiene que aprender EE UU es que no puede confiar en los moros, nunca se puede tener un aliado musulmán, porque tarde o temprano va a traicionar, ya que su único fin es la eliminación de todo Occidente.
De Anónimo, A las 12/31/2006 2:55 a. m.
USA debe aprender a desconfiar y despreciar no solo a los moros sino también de tiranos, reyezuelos y dictadores.
De pacobetis, A las 12/31/2006 1:37 p. m.
Con los americanos siempre pasa lo mismo: alimentan y engordan a la serpiente pensando será útil en la lucha contra serpientes aún más venenosas. Apoyó a este genocida porque pensaba que podía ser una forma de contener al régimen de los Ayatolás, al igual que cometió el error mortal de entrenar y financiar a Bin Laden para que luchara contra los soviéticos en Afganistán, sin caer en la cuenta de que el totalitarismo islamofascista sería a la larga mucho peor que el totalitarismo soviético. Piensan que ciertos tiranos pueden ser males menores y eso es un gran error, sobre todo, en el caso de tiranos islámicos: todos son igual de malnacidos.
De Anónimo, A las 12/31/2006 1:50 p. m.
LOS PRIMATES GENOCIDAS DEBEN SER ANIQUILADOS COMO LO FUE ESTA CUCARACHA.
ME REFIERO A LOS TERRORISTAS COLONOS ISLAMICOS,MAL DENOMINADOS PALESTINOS.
De Anónimo, A las 12/31/2006 11:19 p. m.
si me permites,te agrego a mis enlaces.
puedo?
SALUDOS.
MI BLOG ES:
www.bajurtov.wordpress.com
De Anónimo, A las 12/31/2006 11:23 p. m.
El Talmud dice:" En cada generaciòn se levanta un Hamàn contra nosotros ." ( Se refiere al pueblo judìo)
Pero como se levanta el nuevo Hamàn..asì vuelve a caer, mejor dicho..a colgarse del cuello, hasta que se muera.
Eso le pasò a Saddam Husseìn, quien hace algunos meses antes de ser derrocado estaba reclutando un ejèrcito de dos millones de efectivos, para " liberar " a Jerusalèn.
Tubo el mismo final, que el Hamàn original.
El Santo de Israel es muy poderoso, Adonay Tzvaot Shemo.
( Señor de los ejèrcitos es su nombre.)
Ahmedinayad...habibi..toma nota lo sucedido a Saddam.
Aùn estàs a tiempo..........
Salu2
P.D. ¡¡ Feliz Año Nuevo
De Anónimo, A las 1/01/2007 6:23 a. m.
Por supuesto que puedes añadirme a tus enlaces Bajurtov, es un honor.
Y se bienvenido siempre aquí.
De pacobetis, A las 1/01/2007 2:26 p. m.
Creo que en esta generación hay más de un Hamán, pero todos caeran.
De pacobetis, A las 1/01/2007 2:27 p. m.
sr amir necesito comunicarme con UD en forma de e-mail por favor el mio es noralicia55@hotmail.com, agur
De noralicia, A las 1/02/2007 5:37 p. m.
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