Naturei Karta

Reproduzco integro el siguiente post de http://elcomandante.wordpress.com:

Los nazis apoyan a Naturei Karta

Sin embargo, antes de eso, debemos tener claro que los Nazionalsocialistas no odiamos a los judíos. Primeramente, no se puede generalizar ante un grupo humano tan diverso. Hay sectores del judaísmo que son fundamentalistas y racistas, pero hay un sector secular que no tiene nada de racista, y que no practica fanáticamente su religión. Hay un sector sionista del judaísmo que defiende la invasión de tierras palestinas, usurpando dicho territorio a los nativos árabes, así como hay judíos anti-sionistas, que abogan por la desaparición de Israel, el desmantelamiento del inmoral estado sionista, y el retorno de los palestinos como dueños de sus tierras. Estos judíos –ortodoxos, de hecho- son llamados los Neturei Karta.

http://www.nuevorden.net/r_208.html

Y curiosamente vemos como en el http://www.elforro.com.ar/509408-post73.html apoyan a los Naturei karta.

Interesante descripcion de los Naturei Karta por el diario la razon de España.

Karta Naturei: judíos, ultras y enemigos del Estado de Israel
Un grupo de rabinos fue la estrella de la cita que negó el Holocausto en Irán
Macarena Gutiérrez

Madrid- El pasado cinco de noviembre el presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, recibió un mensaje de Karta Naturei. La secta ultraortodoxa judía se había enterado de que Teherán iba a acoger una conferencia para «revisar» el Holocausto y quería tomar parte.
La «perspectiva global» que pretendía ofrecer la cumbre acabó en unas jornadas ausentes de discusión intelectual y con el antisionismo como nexo de unión entre todos los ponentes. Se realizaron declaraciones negacionistas del Holocausto de boca de algunos pensadores europeos. Las mismas aseveraciones que bastarían para llevarlos a la cárcel en sus países de origen, como Francia o Alemania.
Hubo incluso un ponente, el austriaco Frederick Töben, que realizó su exposición junto a una maqueta del campo de concentración de Treblinka para «demostrar» que las cámaras de gas, que acabaron con la vida de seis millones de personas en la Segunda Guerra Mundial, nunca existieron. Según Töben, el régimen nazi habría utilizado un método más barato y menos engorroso para eliminar al pueblo judío si este hubiera sido su deseo.
Golpe de efecto
En este clima tan bizarro, los rabinos de Karta Naturei fueron los auténticos protagonistas. Un Ahmadineyad vestido de blanco de la cabeza a los pies los recibió entre sonrisas ante los fotógrafos. Si buscaba un golpe de efecto, desde luego lo logró. Al día siguiente toda la Prensa internacional publicaba la instantánea que rubrica tan extraña alianza.
El odio al Estado de Israel, que propició varios encuentros entre el actual líder de esta facción ultra, Moshe Hirsch, y el «rais» palestino Yaser Arafat, volvió a hacerse patente en Teherán. Estos hombres de blanco y negro, con sus sombreros de hongo y sus rizadas patillas, escucharon sin pestañear cómo Ahmadineyad instaba a «borrar a Israel del mapa » (una reedición del eslogan que tanto encendió los ánimos durante la revolución islámica de 1979).
Si hay algo en lo que están de acuerdo con Irán es precisamente en la defensa de la aniquilación de la nación hebrea. Los Guardianes de Jerusalén (traducción del arameo Karta Naturei) no niegan el genocidio, pero sí consideran un sacrilegio la creación de un Estado judío antes de la llegada del Mesías. Pese a lo vistoso de sus actuaciones no son un grupo muy numeroso. Se calcula que no sobrepasan los 5.000 miembros, repartidos en varias comunidades en Jerusalén, Londres y Nueva York, donde tienen su sede.
Su prédica fundamental es que los judíos fueron expulsados de la tierra prometida a causa de sus pecados y no deben recuperarla a través de la fuerza. Por eso se oponen firmemente a cualquier tipo de violencia contra los árabes e, incluso, proponen integrarse en un futuro Estado palestino como una minoría religiosa hasta que les llegue el turno de crear su país. Su movimiento forma parte de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y en tiempos de Arafat el que hoy es rabino jefe sirvió como ministro de Asuntos Judíos en el Gobierno de la ANP.
No tocan el dinero
La mayoría de sus militantes desciende de los judíos llegados a Jerusalén desde Hungría en el siglo XIX. Desde el principio, los Karta Naturei se opusieron a los movimientos del sionismo para atraer a judíos emigrantes a la Palestina bajo mandato británico para ejercer fuerza demográfica. Es tal el rechazo que les produce dicha corriente nacionalista, que muchos evitan tocar con sus manos los billetes o monedas en los que aparecen imágenes de judíos como Theodor Herzl, creador del sionismo moderno, por considerarlo un sacrilegio. También tratan de evitar el Muro de las Lamentaciones, ya que consideran que ha sido instrumentalizado por los seguidores de Herzl.
Mahmud Ahmadineyad ha tratado de sacar rédito político de la conferencia sobre el Holocausto, que él tacha de «mito histórico». En la recepción posterior a la cita, el mandatario señaló que su país es «el hogar de todos aquellos que piensan libremente en el mundo». A buen seguro el medio centenar de universitarios que le plantó cara esta semana llamándole «dictador» no piensa lo mismo

http://www.larazon.es/noticias/noti_int36255.htm

Antes de la charlotada de Teherán no conocía nada de los naturei karta.¡Y mejor hubiera sido seguir sin conocerlos! En estos últimos días cada vez que he leido algo sobre ellos me ha hervido la sangre y se me han ocurrido barbaridades que prefiero no repetir.
Su existencia y sus actos confirman el hecho de que lo peor que nos puede pasar a cualquier grupo humano viene siempre desde dentro, desde los traidores.

Desde aquí les deseo el peor de los futuros posibles, que sufran hasta limpiar esos pecados que tanto les preocupan, que el dolor los abrume hasta convertirlos en una piltrafa, que no tengan descanso en esta vida ni en ninguna otra que pudiera haber, que en esa otra vida los millones de asesinados por sus amigos los nazis les pidan explicaciones por sus palabras y sus actos y tengan toda la eternidad para buscar respuesta a su propia idiotez y maldad.