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miércoles, septiembre 19, 2007

Los planes de Irán para Irak





Petraeus: los planes de Irán para Irak
por Walid Phares

En marzo de 2003, Estados Unidos tomaba la decisión estratégica de enviar efectivos a Irak y derrotar militarmente al régimen de Saddam Hussein. Esta decisión aún está siendo cuestionada en toda la nación e internacionalmente en materia de su racionalidad y su legitimidad.
Una parte afirma que Washington no tenía derecho a cambiar el régimen e involucrarse con los iraquíes en una confrontación armada. Otra parte afirma que Saddam era una amenaza, que la región está ahora mejor sin él, y que los iraquíes han sido liberados de una dictadura sangrienta.
En la práctica, solamente los historiadores determinarán si fue la decisión acertada en el momento adecuado, por un simple motivo: mientras que las operaciones militares norteamericanas encaminadas a desmantelar el poder del régimen militarmente acababan en abril de 2003 -- con mucho éxito de hecho -- el segundo camino mucho más largo para el siguiente conjunto de objetivos norteamericanos es ahora objeto del escrutinio.
Si las fuerzas americanas y de la Coalición deberían retirarse inmediatamente, comenzar a replegarse, o mantener el curso, es el centro del debate actual. Pero para responder, uno debe comprender los objetivos de los adversarios en este conflicto en curso. Al Qaeda tiene planes para Irak, y las fuerzas norteamericanas la están combatiendo junto a unidades iraquíes. Pero la amenaza geopolítica directa que está vinculada al papel de las tropas americanas en ese país es el régimen iraní, sus aliados en la región y dentro del Irak. ¿Cómo ve Teherán la presencia americana, cuáles son sus planes para Irak, y que sucederá si las tropas norteamericanas son replegadas precipitadamente?
Antes de 2001, el régimen iraní había desarrollado ambiciones regionales, incluyendo una alianza militar con Siria, el apoyo constante a Hezbolá en el Líbano y el desarrollo de una bomba atómica a ritmo lento. En los años 80, sus delegaciones asestaron golpes a Estados Unidos en Beirut y hacia mayo de 2000, sus aliados en el Líbano habían alcanzado la frontera internacional con Israel.
A lo largo de la década tras la Primera Guerra del Golfo, los Pasdarán entrenaron y armaron a las milicias iraquíes para las futuras misiones en Irak. Los jomeinistas y Hafez Assad tenían planes para Irak años antes de que Estados Unidos invadiera en el 2003: inundar las zonas críticas del centro y el sur y abrir una conexión por tierra entre Irán y Siria. Pero el 11 de Septiembre sacudió los cimientos del plan iraní. Hacia diciembre de ese año, las fuerzas norteamericanas y de la Coalición expulsaban a los Talibanes y abrían el camino a un gobierno democrático en Afganistán.
El cambio de régimen en Kabul fue el primer problema de los mulás de Teherán: una democracia que derrota a un régimen jihadista no es un buen ejemplo a presentar. Hacia abril de 2003, una segunda catástrofe recayó sobre la República Islámica: Sadam era expulsado, pero aún peor, se sucedían las elecciones democráticas en Irak. Todavía más dramático era el hecho de que fuerzas norteamericanas y de la OTAN eran desplegadas al este y oeste de Irán.
En una lectura estratégica, el proyecto jomeinista quedaba así geográficamente contenido: ya no había ninguna conexión con Siria y una amenaza mayor se cernía sobre el programa nuclear. Aún más catastrófica era la proximidad de dos experimentos democráticos para la sociedad iraní. Estudiantes, mujeres y trabajadores llevan desafiando al régimen teocrático desde finales de los años 90.
Para la élite de Jamenei en el poder, los éxitos al otro lado de la frontera significaban la condena al régimen de Irán. Por tanto se encargó a los Pasdarán un plan para desestabilizar Afganistán y dar un vuelco al proceso político en Irak. Desde el verano de 2003, y durante los cuatro años siguientes, el terrorismo de respaldo iraní contra civiles, el contrabando sirio para los jihadistas y las presiones sobre las fuerzas norteamericanas y de la Coalición se orientaban a provocar el repliegue más rápido y caótico.
Si Washington se retira de Irak catastróficamente, ¿qué hará el régimen iraní? En cuestión de seis a nueve meses, esto es lo que sucederá:
Las milicias pro-iraníes (el Consejo de la Shura, la Brigadas Badr, Muqtada al Sadr, etc.) se harán con el control de dos tercios de Irak, entre Bagdad y Basora. Las milicias crearán "enclaves seguros", perpetrarán varios actos de terror y asesinatos encaminados a hacer que el gobierno central se tambalee para establecer un régimen pro-jomeinista.
La mayor parte de los políticos chiítas y elementos progresistas de esas zonas serán erradicados, exactamente igual que hizo Jomeini en la Revolución iraní de 1979. En cuestión de menos de un año, la mayor parte de los socios chiítas de las fuerzas pro-iraníes serán aniquilados.
Y al igual que se predijo con el Líbano en 1990, el futuro régimen pro-iraní de Irak solicitará que las fuerzas "hermanas" iraníes asistan en la cuestión de la seguridad y la defensa de las fronteras. Los Pasdarán y el ejército iraní se desplegarán en los campos petroleros del sur a lo largo de las fronteras con Kuwait , Arabia Saudí y Jordania, y conectarán a través de la frontera con las fuerzas sirias. A estas últimas se les encargará ayudar en la provincia de Anbar.
Las zonas sunitas se apartarán para ser tratadas más tarde, junto con intervenciones sirias.
Las zonas kurdas serán sometidas a aislamiento, presión y divisiones internas en un esfuerzo concertado entre Siria y el gobierno islámico de Turquía.
Este escenario no es teórico en absoluto. Es la realidad proyectada si las fuerzas norteamericanas se retiran de Irak prematura y súbitamente antes de lograr en Irak y en la región un importante objetivo estratégico: ayudar a los iraquíes de mentalidad independiente a reformar y cristalizar su gobierno, levantar un ejército a la altura regional, y junto a Estados Unidos establecer un sistema de contención para hacer frente a las ambiciones expansionistas iraníes. Cualquier objetivo menor logrado en Irak es una invitación directa al régimen iraní a convertirse en la mayor amenaza del siglo XXI contra la paz y la seguridad, en la región y en todo el mundo.

El Profesor Walid Phares es profesor de política comparative de la Florida Atlantic University y miembro permanente del Future Terrorism Project en la Fundación para la Defensa de las Democracias.
A mi modo de ver un objetivo prioritario debe ser desestabilizar Irán fomentando los problemas internos, que los hay, tanto de tipo étnico como religioso. Hay que llevarle el terrorismo a su propia casa.
En la jungla con las leyes de la jungla.

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1 comentarios:

  • En las jungla, con las leyes de la jungla.

    Me encanta la frase. Porque resume en una sola oración lo importante que es luchar contra el islamofascismo. Y esta frase resume lo que es el apaciguamiento:

    "si vas a la jungla con las leyes de tu casa, te van a devorar"

    De Anonymous Anónimo, A las 9/19/2007 3:34 p. m.  

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