Guarros y guarras en remojo
Medidas de orden y seguridad en las piscinas públicas: Bélgica, fin de la alegría multicultural
Mientras en los modernos y multiculturales paises europeos se diseña la nueva moda burka y se crean horarios esclusivos para musulmanes en las piscinas públicas, en Bélgica se ha dado un pequeño paso hacia otra dirección.
En Bélgica se era muy multicultural, en las piscinas. Inmigrantes, mayoritariamente de paises árabes, se bañaban en calzoncillos (ropa interior), comían sus alimentos conjuntamente en el agua, amenazaban a los belgas y denigraban y acosaban a las mujeres. Todo esto no eran casos aislados en Bélgica, sino algo cotidiano. Y con ésto se acabó. De ahora en adelante rige la política de cero-tolerancia con los migrantes y su violencia en las piscinas. Y la policía está dispuesta a echar a cada uno que no se adapte. Fin de la alegría multicultural en el agua- y periódicos belgas informan sobre ello.
Esto que, hoy en día, tal como están las cosas, nos resulta un paso revolucionario, no es más que una medida elemental de higiene, orden y seguridad en las piscinas. Tan elemental como controlar si se tiene hongos en los pies a los que quieren entrar para bañarse con otros en una piscina, pero claro, esto último tampoco se hace más en Europa, solo se hace en paises subdesarrollados, como por ejemplo en Argentina. Europa es mucho más avanzada y modernizada, tantos tipos de controles que no son más necesarios…
Pero Bélgica ya no es igual al resto de paises europeos y ha empezado a mostrar algo de autoridad en beneficio de las personas que no tienen mayor ambición que poder nadar y bañarse en aguas lo más limpias posible y de las mujeres que quieren bañarse y refrescarse, igual que los hombres, en bañadores normales, sin tener que aguantar ser denigradas y acosadas por ello. A ver si le siguen el ejemplo Francia, Holanda, Dinamarca, Inglaterra, Alemania y Suecia, paises tan “liberales” todos ellos.
Noticia de aquí y aquí
Hace unos años lo vi en Hurgada (Egipto), junto al Mar Rojo. La mora, de clase acomodada (estaba en un recinto turístico) se bañaba en la piscina del hotel. Llevaba puesta una malla negra que le cubría todo el cuerpo menos la cara y manos, encima un bañador incompatible con el erotismo y encima una camiseta bastante holgada. En cuanto salía del agua su marido (supongo) corría veloz a cubrirla con un albornoz digno de un campeón de los pesos pesados.
Aquello me chocó, me parecía imposible que pasara. Ahora ya no me extrañaría nada. Me he acostumbrado a verlo en las playas de mi zona (no suelo ir a piscinas) todos los veranos. Cada vez más.
Cualquier día prohiben los tangas o el topless (dios no lo quiera). Como en tiempos de Franco.
Etiquetas: Noticias desde eurabia
1 comentarios:
Por aquí cada vez se ven más burkas. Y yo no termino de acostumbrarme, qué le vamos a hacer. Es tan humillante...
De Anónimo, A las 5/03/2007 9:25 p. m.
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