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jueves, noviembre 09, 2006

Irshad Manji

A Irshad Manji se le llama en Holanda la "Hirsi Ali canadiense". Y, efectivamente, tiene mucho en común con la ex parlamentaria holandesa de origen somalí que, desde hace poco, trabaja en un lobby conservador en los EE.UU. Ambas son mujeres jóvenes con un trasfondo musulmán y que sienten indignación por la injusticia de la que, en nombre del Islam, son presas las mujeres. Las dos adquirieron fama con su agresiva crítica al Islam, que les mereció el respeto de occidente y el odio en el mundo musulmán.

Provocación
Como musulmana creyente y feminista lesbiana Manji es la provocación personificada hacia el Islam tradicional.
En el 2003 publicó su libro "El problema del Islam hoy en día", una dura crítica a las actuales violaciones de los derechos de las mujeres y de las minorías religiosas en nombre del Islam.
El libro fue un éxito de venta y Manji - hasta ese momento presentadora de un programa de coversacion de la televisión canadiense - se convirtió en un conocido personaje de los debates occidentales sobre el Islam.

Para muchos musulmanes sus opiniones son inaceptables. Manji reconoce que "es odiada por muchos de aquellos a quienes quiere ayudar". A la vez, dice también que recibe mucho respaldo de musulmanes que anhelan cambios.

Las traducciones de su libro en árabe, persa y urdu en su página web son muy codiciadas. Al igual que Hirsi Ali, Manji dice que el Islam se encuentra sumergido en una crisis que amenaza con arrastrar al resto del mundo. Todas las religiones tiene su porción de sirvientes fundamentalistas, dice, pero en el Islam son la mayoría.

La obsesión fundamentalista con una interpretación literal de la religión es, según Manji, la causa final de todos los problemas actuales en torno al Islam. Este modo de pensar conduce, opina Manji, a que los musulmanes se sientan superiores a los demás, a que discriminen a las mujeres, a aquellos que no compartan su opinión y a que recurran a la violencia, atentados suicidas y terrorismo.

Alternativa

Sin embargo, hay una diferencia importante entre las dos mujeres. Hirsi Ali es, en primer lugar, una activista que considera como principal tarea liberar a las mujeres musulmanas de las represivas tradiciones y advertir a Occidente de lo que ella califica el peligro del Islam político. Hirsi Ali no cree, además, en las posibilidad de que se introduzcan reformas en el Islam. Manji, por el contrario, se perfila claramente como reformista.

La buena noticia es que, dice, las interpretaciones fundamentalistas, antidemocráticas y misóginas no son inevitables. Hay una alternativa.
La alternativa, según Manji, descansa en el resurgimiento de la tradición musulmana del pensamiento crítico independiente o Ijtihad.
Esta tradición estimula a los musulmanes a no entender su religión según la letra, sino según el espíritu y éste, interpretarlo una y otra vez según las cambiantes circunstancias de la historia. La tradición Ijtihad fue desbancada en el siglo XI por una ortodoxia rígida basada en la interpretación literal de las fuentes.

La incapacidad actual de los musulmanes de participar del mundo moderno no es, según Manji, el efecto de factores externos como el colonialismo, sino de la opresión del pensamiento crítico independiente. Manji reta a los musulmanes a poner el destino en sus propias manos, rehabilitando la tradición del pensamiento independiente para "poner al día al Islam." Manji ha prometido hacer tan famosa la palabra Ijtihad como su contrapartida fundamentalista Yihad, guerra santa.

Curiosamente, el alegato de Manji a favor de las reformas es tan poco radical como original. Su llamamiento a "reabrir las puertas del Ijtihad " y la consideración de que los musulmanes son responsables de su crisis actual, forman parte del amplio repertorio del pensamiento reformista desde el siglo 19.

La pregunta es: si el llamamiento de Manji a reformas es tan poco original ¿qué la hace ser tan polémica entre los musulmanes? Es, junto a su abierta homosexualidad, también su provocador apoyo a todo lo que es considerado por muchos musulmanes como ataques occidentales al Islam, desde la invasión estadounidense a Iraq a la publicación de las caricaturas de Mahoma en Dinamarca.
Esto es lo que le acerca a Hirsi Ali y la separa de la mayoría de los modernistas musulmanes que critican al Islam tradicional pero rechazan los ataques occidentales a su religión.
Al igual que Hirsi Ali, Manji alienta a intelectuales occidentales a criticar al Islam para llegar a realizar las deseadas reformas.

La filosofía del multiculturalismo, según ella, se ha elevado en Occidente como una especie de ortodoxia que, al igual que otros sistemas de religión ortodoxas, intimidan a los creyentes y les impide decir lo que realmente piensan.

Los occidentales temen ser tachados de racistas si critican al Islam, pero criticar al Islam para defender los derechos humanos, no es racismo, dice Manji. Según ella, las culturas no se merecen automáticamente respeto sino que se ganan el respeto en tanto cuanto sean respetables.

http://alianzacivilizaciones.blogspot.com/

Si hubiera muchas más musulmanas como ellas quizás la situación pudiera cambiar. Aunque desde occidente son proscritas y ninguneadas, precisamente ellas, a las que deberíamos darles todo nuestro apoyo. Los progres de eurabia prefieren a gentuza como el teócrata de Teheran, el reyezuelo de Marruecos, los principes camelleros de Arabia Saudí o el visionario Ben Laden. Ese es el islam que les gusta a nuestros "aliadores" de civilizaciones.

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2 comentarios:

  • En cuanto tenga un momento colgare un artículo fantástico, sobre todo por lo que me ha costado conseguirlo, pero vale la pena que los lectores tengan acceso.
    Saludos

    De Blogger MONMAR, A las 11/09/2006 2:45 p. m.  

  • Acá no hay víctimas. Los musulmanes son los culpables de su situación. No se puede echarle toda la culpa al "colonialismo". Entiendo que el tema de Irak es bastante distinto porque allí hubo una invasión directa, pero ¿qué hay de Arabia Saudí, Yemen, Egipto, Siria, Irán, Emiratos Árabes Unidos, etc? en todos esos países hay una mayoría islamista fundamentalista que oprime a sus propias poblaciones y no es culpa del colonialismo, es culpa del Islam radical.
    Si los musulmanes quieren cambiar su situación, deberán empezar a cambiar ellos mismos.

    De Anonymous Anónimo, A las 11/10/2006 12:03 a. m.  

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