El refugio de las trece barras

EL ESPÍRITU DE MONTESQUIEU

¡Ay! Si Montesquieu fuera bético y levantara… Como sabrán –por si acaso les pongo en situación- en los años en que el absolutismo devoraba Europa, una corriente de nuevas ideas, la Ilustración, sentó las bases de la vida actual. Uno de los máximos exponentes de esta época fue Montesquieu que elaboró la división de poderes, por medio de la cual, los poderes legislativo, ejecutivo y judicial son independientes.

Según Montesquieu, “es temible que todos los poderes recaigan en la misma persona”, porque podrá hacer “leyes tiránicas”, esto es, ejercer la tiranía y transgredir la libertad.

Esto, que sigue siendo a día de hoy –y lo será por mucho tiempo- pilar básico de la vida política en democracia y de nuestro día a día, al fin y al cabo, esta verdad incuestionable, es ignorada por Ruiz de Lopera como si tal cosa.

Y es que, para Lopera, el Betis es su casa, como ya ha declarado en más de una ocasión, y con ello, deja a las claras, aunque sin decirlo, que por tanto, no es la casa de los béticos –a quienes en realidad pertencece-. Imagínense al presidente del Gobierno de turno diciendo que España es su casa y que hará lo que él quiera y que no le pueden echar porque es su casa y porque un día le quisieron. ¿Se lo imaginan? Pues que no les suene a chino, porque lo tienen delante de sus narices ejemplificado en la omnímoda persona de Ruiz de Lopera.

Algunos consejeros, reconocen off the record, lo que ya todos sabemos… Que ni pinchan ni cortan. Que al final, todo lo que se hace depende de la veleidosa voluntad de Lopera. Y no sea tan ingenuo como para intentarle hacer cambiar de parecer en alguna cuestión tan fundamental, como modificar esa arcaica forma de llevar el club para modernizarlo y tener unas estructuras sólidas y acordes a los tiempos que corren.

La secretaría técnica es un elemento inerte, la ciudad deportiva caducó hace tiempo, la cantera está dejada de la mano de Dios –no confundir con Lopera, aunque en el fondo él crea serlo y esté realmente de su mano-. Los chavales tienen que jugar con camisetas antiguas, cualquier joven promesa de la zona, prefiere el Sevilla antes que al Betis por sus instalaciones y por el mimo que dan a la cantera. El marketing y la imagen, son dos materias en las que no se invierte un solo céntimo. Y podríamos continuar, pero no me apetece. Todo porque, resulta, bético de a pie, que al señor Lopera le ha ido muy bien en los negocios con esa forma de proceder. Y así seguirá, creyendo que es igual vender lavadoras que dirigir a un club con prestigio y solera internacional.

El señor Lopera debería haber permitido que cada cual se ocupase de lo suyo, cada especialista en su materia, el entrenador que entrene, el secretario técnico que fiche, los consejeros que sirvan para guiar al club de forma consensuada y que representen la pluralidad de ideas que existe en el beticismo, que sean la prolongación de nuestras voces, que se les oiga, que se les valore y que se les tenga en cuenta. No debería usted haber hecho y deshecho según su voluntad. Esto, le costará caro. Le costará tener que irse del Betis por la puerta de atrás cuando lo podía haber hecho por la puerta grande. Y todo, por no separar los poderes. ¡Maldito Montesquieu!

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Eso sí a pesar del dictadorzuelo que nos ha tocado en suerte

¡¡¡VIVA EL BETIS MANQUEPIERDA!!!

Y es que, este Betis es un delirium tremens, un caos absoluto, descabezado -o demasiado cabezado, a elegir-, el cum laude del sinsentido. Ante esto, no cabe la resignación ni esperar a que los tiempos cambien. Ya hemos concedido demasiadas prórrogas. Toca levantarse y emprender el triunfo de esta afición. No lo duden, los béticos acabaremos ganando la batalla.