Todos ganan, como siempre

Y

nosotros perdemos. Como siempre también. Pero ¡ojo! en una democracia, y España lo es, los políticos no están ahí "por la gracia de dios" sino porque los elegimos nosotros. Así que tenemos lo que nos merecemos. Nuestros políticos son un espejo de nuestra sociedad. Sus miserias son las nuestras.

A pesar de todo hay algunos que incluso sobrepasan la media de ineptitud y encabronamiento. Basta con oir a Pepiño Blanco elucubrando con "quitar" Madrid porque así ganarían ellos las elecciones.

Los

resultados municipales son más o menos los predecibles y pueden ser "leidos" desde más de un punto de vista pero haríamos mal en trasladar estos datos a unas

hipotéticas generales. En ellas votaría gente que no lo ha hecho ahora, desaparecería el "factor personal" propio de unas municipales y se daría una tendencia hacia el voto útil en ambos bandos. Así que todo está por venir. Sobre todo si a ello le unimos alguna participación electoral "extra" al estilo del 11-M que no podemos descartar si lo consideran necesario. No sería la primera vez.

Madrid y Valencia funcionan y parece que se nota en los resultados.Los casos de Baleares y Navarra dejan muy clara la responsabilidad de los ciudadanos en su futuro. Allí sabian lo que se jugaban y han votado en consecuencia. Ahora veremos que opinan de las consecuencias. Si alguien tiene dudas de lo que pasara en Navarra que se fije en la reacción del publico ayer en Pamplona porque su equipo le ganó a la Real. Eso es lo que hay. De los "chicos" del norte profundo solo puedo decir que estarán felices con los resultados, ellos si que han ganado. Se lo pusieron en bandeja y, lógicamente, lo han aprovechado. Ya tienen las manos en la caja del estado (con nuestros impuestos a su disposición) y los ojos en el censo (para lo que les pueda servir, que les servirá).
Lo que sí me queda claro es que el país está cada vez más dividido en dos grandes grupos y enfrentados "en todo", con un recurso constante a los odios más rancios y viscerales. Y de eso sí que son culpables los políticos.
¿Qué opinará el

iluminado de la Moncloa?