Teocracia nuclear
“Teocracia nuclear”
por Gabriel Albiac (LA RAZON 11 de abril de 2007)
"No es un loco, el iraní Ahmadineyad. No lo es, aunque su rostro exhiba los estigmas propios a la más alucinada carne de frenopático. No. Es un teócrata. Ajeno al tiempo, a la razón, la historia; a cualquier argumento que no repita la letra del Libro: un animal de Dios. Y, como tal, un genocida. No un genocida en potencia. Un genocida. Para aquel que tiene a su Dios por único gobernante legítimo sobre esta mundana tierra, la vida de los hombres cuenta menos que una mota de polvo en el desierto. «Dios ha comprado a los creyentes sus personas y sus bienes para darles el Paraíso a cambio. Combaten en el camino de Dios: matan y son matados» (Corán, IX, 111).
Y él matará. Está obligado a ello por una fe invulnerable. Matará tanto cuanto sus medios técnicos se lo permitan. Y a eso se reduce todo. «Dios sabe. Vosotros no sabéis» (II, 216).
No miente. Los hombres de fe nunca mienten: transmiten la voz diamantina del Dios a cuya servidumbre consagraron su vida: «Matadlos allá donde los halléis... Tal es la retribución de los incrédulos». Y Ahmadineyad es, antes que nada, un hombre consagrado a la mayor gloria de una creencia sagrada. Un sacrificador: es lo mismo. La muerte es parte de su identidad. Y el oficio de cuya eficacia ha de responder sin excusa ante el Grande, ante el Misericordioso, cuya voz nunca engaña: «No creas, sobre todo, que aquellos que caigan en el camino de Dios están muertos. Viven» (III, 169).
No miente Ahmadineyad, no puede mentir, cuando sencillamente comunica lo que Alá le ha revelado: que todo eso de la Shoá, del Holocausto, del exterminio de los seis millones de judíos a los cuales borró del mundo el nazismo alemán, no es más que una conjura de judíos, cristianos e imperialistas yankis contra el piadoso pueblo de los musulmanes. No miente, no puede mentir, al transmitir sencillamente lo que Alá le tiene encomendado, su destino de gran sacrificador: hacer real el único verdadero Holocausto, aquel que se alce en gratitud al Misericordioso Dios de los creyentes y reduzca a Israel a las cenizas nucleares a las cuales Alá lo tiene destinado: «combatid a los siervos de Satán» (IV, 76). Ni Alá suele bromear con sus mandatos, ni Ahmadineyad podría blasfemar contra aquel de quien está seguro puede fulminarlo de modo instantáneo en la nada eterna. «Combatid a los que no creen en Dios ni en el día del juicio último; a aquellos que no declaran ilícito lo que Dios y su Profeta han declarado ilícito; a aquellos que, entre las gentes del Libro, no practican la verdadera religión» (IX, 29).
50.000 centrifugadoras enriquecen uranio en tierra iraní para consumar eso. Y tampoco en ello miente el ejecutor de las órdenes divinas. Con ese potencial en marcha, se requiere menos de un año para empezar a producir un arsenal nuclear operativo. Nadie se engañe. Y Europa la que menos. Eso es exactamente lo que falta para el inicio de una guerra atómica. Y el Grande, y el Misericordioso, tendrá, por fin, su ofrenda. Todos los enemigos del Libro y del Profeta cuentan, al fin, a sus ojos menos que una mota de polvo. En el desierto. «No los matáis vosotros. Dios los mata» (VIII, 17).
Este estupendo artículo de Albiac nos sirve para ver el otro frente que el islam tiene abierto en su guerra contra la civilización. Si en el post anterior tratabamos de Al-Qaeda (sunnita) y su penetración en el Magreb como puente hacia su añorada Ál-Andalus, en este nos acercamos a la metastasis chiita del cancer islámico: Irán.
No dejan de ser dos caras de la misma moneda. Su objetivo último es el mismo: imponer el islam a toda la humanidad. Entre ellos se disputan la supremacía, se matan rastreramente y no dudan en echar mano de cualquier atrocidad. Pero tampoco dudarán en apoyarse para atacar al enemigo común. Y ¿quien es ese enemigo? sin duda Israel y los judíos en general, así como los USA y los decadentes europeos por mucho que se quieran travestir en eurabia, y los hindúes, y los ateos, y los comunistas, y los capitalistas, y ..... en fin, cualquiera que no esté dispuesto aceptar la sumisión absoluta a los dictados de su dios caprichoso y cruel trascritos por el camellero pederasta.
¿Qué tienen en común esas dos ramas del cáncer islámico? el apoyo de todos aquellos que siguiendo el lema de "viva la muerte" les abren sus puertas, y las nuestras.
En el siguiente relato breve publicado en http://ladecadenciaeuropea.blogspot.com podemos imaginar como verán esta época desde nuestro incierto futuro:
por Gabriel Albiac (LA RAZON 11 de abril de 2007)
"No es un loco, el iraní Ahmadineyad. No lo es, aunque su rostro exhiba los estigmas propios a la más alucinada carne de frenopático. No. Es un teócrata. Ajeno al tiempo, a la razón, la historia; a cualquier argumento que no repita la letra del Libro: un animal de Dios. Y, como tal, un genocida. No un genocida en potencia. Un genocida. Para aquel que tiene a su Dios por único gobernante legítimo sobre esta mundana tierra, la vida de los hombres cuenta menos que una mota de polvo en el desierto. «Dios ha comprado a los creyentes sus personas y sus bienes para darles el Paraíso a cambio. Combaten en el camino de Dios: matan y son matados» (Corán, IX, 111).
Y él matará. Está obligado a ello por una fe invulnerable. Matará tanto cuanto sus medios técnicos se lo permitan. Y a eso se reduce todo. «Dios sabe. Vosotros no sabéis» (II, 216).
No miente. Los hombres de fe nunca mienten: transmiten la voz diamantina del Dios a cuya servidumbre consagraron su vida: «Matadlos allá donde los halléis... Tal es la retribución de los incrédulos». Y Ahmadineyad es, antes que nada, un hombre consagrado a la mayor gloria de una creencia sagrada. Un sacrificador: es lo mismo. La muerte es parte de su identidad. Y el oficio de cuya eficacia ha de responder sin excusa ante el Grande, ante el Misericordioso, cuya voz nunca engaña: «No creas, sobre todo, que aquellos que caigan en el camino de Dios están muertos. Viven» (III, 169).
No miente Ahmadineyad, no puede mentir, cuando sencillamente comunica lo que Alá le ha revelado: que todo eso de la Shoá, del Holocausto, del exterminio de los seis millones de judíos a los cuales borró del mundo el nazismo alemán, no es más que una conjura de judíos, cristianos e imperialistas yankis contra el piadoso pueblo de los musulmanes. No miente, no puede mentir, al transmitir sencillamente lo que Alá le tiene encomendado, su destino de gran sacrificador: hacer real el único verdadero Holocausto, aquel que se alce en gratitud al Misericordioso Dios de los creyentes y reduzca a Israel a las cenizas nucleares a las cuales Alá lo tiene destinado: «combatid a los siervos de Satán» (IV, 76). Ni Alá suele bromear con sus mandatos, ni Ahmadineyad podría blasfemar contra aquel de quien está seguro puede fulminarlo de modo instantáneo en la nada eterna. «Combatid a los que no creen en Dios ni en el día del juicio último; a aquellos que no declaran ilícito lo que Dios y su Profeta han declarado ilícito; a aquellos que, entre las gentes del Libro, no practican la verdadera religión» (IX, 29).
50.000 centrifugadoras enriquecen uranio en tierra iraní para consumar eso. Y tampoco en ello miente el ejecutor de las órdenes divinas. Con ese potencial en marcha, se requiere menos de un año para empezar a producir un arsenal nuclear operativo. Nadie se engañe. Y Europa la que menos. Eso es exactamente lo que falta para el inicio de una guerra atómica. Y el Grande, y el Misericordioso, tendrá, por fin, su ofrenda. Todos los enemigos del Libro y del Profeta cuentan, al fin, a sus ojos menos que una mota de polvo. En el desierto. «No los matáis vosotros. Dios los mata» (VIII, 17).
Este estupendo artículo de Albiac nos sirve para ver el otro frente que el islam tiene abierto en su guerra contra la civilización. Si en el post anterior tratabamos de Al-Qaeda (sunnita) y su penetración en el Magreb como puente hacia su añorada Ál-Andalus, en este nos acercamos a la metastasis chiita del cancer islámico: Irán.
No dejan de ser dos caras de la misma moneda. Su objetivo último es el mismo: imponer el islam a toda la humanidad. Entre ellos se disputan la supremacía, se matan rastreramente y no dudan en echar mano de cualquier atrocidad. Pero tampoco dudarán en apoyarse para atacar al enemigo común. Y ¿quien es ese enemigo? sin duda Israel y los judíos en general, así como los USA y los decadentes europeos por mucho que se quieran travestir en eurabia, y los hindúes, y los ateos, y los comunistas, y los capitalistas, y ..... en fin, cualquiera que no esté dispuesto aceptar la sumisión absoluta a los dictados de su dios caprichoso y cruel trascritos por el camellero pederasta.
¿Qué tienen en común esas dos ramas del cáncer islámico? el apoyo de todos aquellos que siguiendo el lema de "viva la muerte" les abren sus puertas, y las nuestras.
En el siguiente relato breve publicado en http://ladecadenciaeuropea.blogspot.com podemos imaginar como verán esta época desde nuestro incierto futuro:
Y un vídeo que nos permite comprobar como la historia se repite, sobre todo cuando los imbéciles están al mando:
Etiquetas: Islamofascismo
8 comentarios:
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
De AMDG, A las 4/13/2007 6:58 p. m.
A ver si se le paran los pies al teócrata nuclear, dispuesto a completar el trabajo que Hitler dejó a medias.
Estupendo video.
Saludos
De Anónimo, A las 4/14/2007 12:30 p. m.
Estupendo post amigo Paco y por supuesto genial el artículo del gran Albiac. Con la amenaza de la dictadura islamofascista iraní no es posible repetir otra vez el error que se cometió con el Pacto de Munich con Hitler propiciado por el nefasto Chamberlain. Aunque sea políticamente incorrecto, y como se ha comprobado que las amenazas de sanciones sólo sirve para envalentonar a los cavernícolas iraníes, yo soy partidario de atacar las instalaciones dedicadas a la consecución de armamento nuclear. Es imposible atacar todas ya que algunas están bajo tierra y otras se desconoce su ubicación, pero se puede conseguir lo que se consiguió con el bombardeo del reactor iraquí Osirak; un retraso de muchos años en la fabricación de armas nucleares. La otra opción ya sabemos cual es. Dejar que el fascismo islámico ataque a Israel y a Occidente como lo hizo en su día el fascismo nazi, provocando una guerra que costó 50 millones de víctimas.
De Daniel, A las 4/14/2007 2:05 p. m.
De acuerdo contigo Daniel. Pero además se puede poner en el punto de mira a científicos, ingenieros y técnicos sin los que sería imposible desarrollar tecnología nuclear. Eliminándolos se le puede dar un parón.
Otra cosa útil sería provocar conflictos internos en Irán entre sunnies y chiies y entre diferentes étnias (kurdos, turcos, árabes, azeríes,...) Contra ese enemigo todo vale
De pacobetis, A las 4/14/2007 2:29 p. m.
El comentario suprimido no ha sido por ningún tipo de censura sino porque un amigo me lo pidió para que no se viera su correo personal.
De pacobetis, A las 4/14/2007 2:31 p. m.
He leido en los Foros de el Pais, a muchos " progres " decir, que con la bomba israelí no pueden dormir tranquilos.
Pero con la bomba iraní, va ver un equilibrio de poder y el Mundo será mucho más seguro.Sic.
Siempre me prgunto : ¿ La gente esta loca o se hacen los locos ?
Un abrazo Paco..aunque entro poco, siempre te tengo en mis pensamientos.
Amir
De Anónimo, A las 4/14/2007 6:27 p. m.
la gente que es un apelativo para decir los oportunistas de turno. ya que sabemos que la mediatizacion de la propaganda antisionista es mucho mas habil cuando se trata de mansillar a ERETZ ISRAEL. olam...
si la bomba israeli no los deja dormir... yo se las tiraria por tujes para que se dejen de joder antes que el gigante de iran . se le ocurra dar por acabado el mundo infiel sin alà y con ese justificar de los tiempos y su maldita yijadd nos pongan al `planeta de patas para arriba... amir bueno tu comentario pero viniendo de ti . se me da un poco ingenuo... noralicia
De Anónimo, A las 4/17/2007 6:47 p. m.
Bienvenida de nuevo por aquí Noralicia. Como te dije muchos llaman computadoras a los ordenadores y a veces se compierten en "computeadoras". Tienen vida propia. Y sabes que el comentario de Amir es premeditadamente ingenuo en la forma. En el fondo todos estamos de acuerdo en lo que hay que hacer.
De pacobetis, A las 4/17/2007 8:47 p. m.
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