Sentir, luchar, vencer ... podemos

miércoles, octubre 25, 2006

Auschwitz

Dedicado a todos aquellos que hoy en día viven entre la duda de negar la Shoa y el deseo de repetirla. A todos estos nuevos nazis (se disfracen de lo que se disfracen) les digo que matar judíos ya no sale gratis.
¡¡¡Am Israel Jai!!!

Auschwitz (Gabriel ALBIAC)
Los soldados rusos que entraron en Auschwitz, aquel 27 de enero de 1945, no estaban preparados. Nadie puede estar nunca preparado para eso. Aun en la inhumanidad, han soñado los hombres acotar límites. Lo que Auschwitz dice de esencial es que el límite no existe. David Rosset, que sucesivamente atraviesa los dos monumentos que definirán ante la posteridad al siglo XX, campos de exterminio nazis y Gulag, lo sintetiza en una fórmula tan sobria cuanto desesperada: «Los hombres normales no saben que todo es posible».
Y lo es. Todo. Muy pocos atisbaron, después de las trincheras del 14, que habían sido volados los diques de la crueldad humana. Algunos lo contaron: Céline, en el feroz arranque de su «Viaje al confín de la noche», desde luego; pero también, y no en menor medida, el tenebroso Kippling de «Una madonna de las trincheras». Uno –tan sólo uno– se aventuró a teorizar las consecuencias: Sigmund Freud, en pasajes que, entre 1914 y 1920, anticipan lo esencial: que el hombre no es sino predador hablante, y que, de todos sus placeres, matar es el más alto.
Pero matar no basta, para el animal que exalta su placer en el dolor del otro. Es necesario el rito: esa medida pulsación del tiempo que trueca, antes de ser sacrificada, a la víctima humana en sólo bestia. Todo en los campos de exterminio estaba milimétricamente ajustado a eso: la muerte le llegaba al condenado sólo tras ser borrada hasta la huella del último recuerdo de haber sido, en otro milagroso tiempo, algo distinto del inmundo animal arrastrado en el cieno, que era ahora. La atrocidad de Auschwitz, de la Shoá, del global exterminio del pueblo judío, no se cifra en las dimensión sin mesura de la muerte acometida; la atrocidad reside, con toda exactitud, en un principio simple, aplicado sin reservas: yo decido quién es parte y quién no de la especie humana. Auschwitz no es una fábrica de muerte; o lo es sólo de modo adicional y derivado. Auschwitz es –la Shoá es– fábrica de desguace de lo humano. Perfecta. La muerte venía luego. Y era casi un don.
Lo sabemos. Ahora. Hemos leído a los muy pocos supervivientes que agotaron sus últimas fuerzas en contarlo como fue, sin épica ni consuelo, afrontando, tal vez, un dolor más alto aún que el de haberlo vivido. Jean Améry o Primo Lévi se suicidaron, tras dar el testimonio que ellos saben insoportable. Robert Antelme vivió, y no volvió a escribir una línea, después de aquel «La especie humana», demasiado espantoso para que deseo alguno de decir nada perviva.
Son sesenta años ya. Los soldados rusos que toparon con aquellos fantasmales esqueletos, últimos habitantes de Auschwitz, no entendían. Nadie hubiera podido. Nadie puede. Auschwitz es teología y se resiste al lenguaje. Absoluto sin dioses: muerte, sólo infinito, única patria humana.

Etiquetas:

5 comentarios:

  • Precioso, como casi siempre, Albiac.

    A los que le señalaban que el Holocausto era de tal monstruosidad que no podría repetirse, Primo Levi contestaba " la prueba de que puede ocurrir es que haya ocurrido ya ".
    Sólo de lo que nunca ha pasado puede dudarse si es posible.

    Estemos vigilantes y no perdamos la moral combativa, que es lo único que necesitamos para vencer en esta guerra, ya que somos más fuertes que el enemigo: el nuevo pacto de Hitler y Stalin: hoy encarnados en el islam y los pijiprogres eurodecadentes.

    Estar alerta para que la lección de sufrimiento de las víctimas no sea olvidada y que no se repita es el único tributo que los supervivientes podemos rendirles.

    No soy judío, pero permíteme despedirme con un "Shalom"

    De Blogger QRM, A las 10/25/2006 8:29 p. m.  

  • Descuida Paco..Los infames ..¡¡ NO PASARAN !!
    Por alguna misteriosa razón, ellos ( los infames ) siempre comienzan triunfantes, pero a la larga son vencidos.
    Así ha sido, así es y así será.

    Salu2

    De Anonymous Anónimo, A las 10/26/2006 4:36 p. m.  

  • Yo también creo que al final serán vencidos. La pregunta es ¿cuántos inocentes caerán antes?
    Yo, como QRM, tampoco soy judío pero lo sucedido en la alemanía nazi es algo que me obsesiona y me duele desde que era un niño. Aún recuerdo como fantaseaba entonces con meterme en una máquina del tiempo y llegar a esa época para luchar contra los nazis y ayudar a los judíos, convertirme en uno de ellos. Jamás pense en aquel entonces que a estas alturas de la historia mis fantasías podían hacerse realidad.

    De Blogger pacobetis, A las 10/26/2006 6:49 p. m.  

  • NO PASARAN CONSIGNA DEL PC EN LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA, A PARTE DE TODO SE AFANAN LAS FRASES DEL TRAPO ROJO... QUE BIEN, CHE...D

    De Blogger noralicia, A las 10/27/2006 10:37 p. m.  

  • No fue consigna del PC solo, sino de todo el Frente Popular. Una de las pocas cosas en las que estuvieron unidos.

    De Blogger pacobetis, A las 10/28/2006 10:13 a. m.  

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]



<< Inicio