Cositas de TVE
Tengo una pregunta para Pepeluí
Por Pablo Molina (http://www.libertaddigital.com/)
Pocas veces se han juntado en un mismo programa de televisión tres estadistas de la talla de Llamazares, Duran i Lleida y Pepe Luis Carod, como ocurrió en la última entrega de "Tengo una pregunta para usted". Ése es un éxito que hay que atribuir al buen hacer de Lorenzo Milá y de TVE. Gracias a la televisión pública, los espectadores pudimos deleitarnos por una noche con las aportaciones intelectuales de estas tres cumbres del pensamiento político contemporáneo.
La aparición de Llamazares fue un gran aperitivo para el menú que esa noche nos iba a servir TVE de la mano de Chef Lorenzo. Pero el líder de IU no fue sincero. Cuando un mozalbete le pidió que hiciera autocrítica sobre su nefasta gestión al frente de la extrema izquierda española, el camarada Gasparovich contestó que, entre otros éxitos rutilantes, gracias a su partido el PP fue desalojado del poder en las últimas elecciones generales.
Miente, y lo sabe. Aquellas movilizaciones tras el asesinato de 192 compatriotas fueron un movimiento espontáneo de la población en general, que por un extraño fenómeno de telepatía decidió acudir en masa a las sedes del partido popular para apedrearlas convenientemente. Lo dijo la SER, y, salvo que nos hayamos vuelto todos locos, Llamazares no es nadie para enmendarle la plana al grupo Prisa.
Es cierto que tanto él como Zapatero enseñaron el camino a la gente al participar en las algaradas callejeras contra la guerra de Irak, desfilando muy juntitos bajo pancartas que llamaban asesino a Aznar. Pero cuando se producía el lanzamiento de objetos contundentes contra los edificios del partido rival o se repartía algún pescozón entre los candidatos de la derecha, se podía detectar perfectamente en las caras de ambos un rictus de contrariedad. "No es esto, no es esto".
Así que Llamazares, por su tibieza revolucionaria, no está legitimado para apropiarse del éxito de las jornadas de exaltación democrática transcurridas entre el 11 y el 14 de marzo de 2004. Eso fue un mérito exclusivo de Pedro Almodóvar y de los artistas megacomprometidos, cuyo único interés era que resplandeciera la verdad por encima de cualquier otra disquisición de índole partidista.
En el último tramo del programa apareció D. Josep Lluís Carod-Rovira, y lo cierto es que no defraudó a sus incondicionales, entre los que me cuento. El show comenzó cuando un joven le llamó por el nombre que figura en su partida de bautismo. Si alguien dudaba de las formas exquisitas de Carod, tras su aparición en este programa le habrán desaparecido por completo, pues, a pesar de los gravísimos insultos que le profirió el público, que llegó a llamarle "José Luis", como el desvergonzado al que me refiero, ni siquiera se lanzó a repartir bofetadas entre la grada; tan sólo levantó un poco la voz para advertir que él se llama como le da la gana aquí y en la China, faltaría más.
Una señora aragonesa con pinta de ama de casa, aunque sin duda era un elemento de extrema derecha disfrazado, le provocó con gran insolencia, buscando que perdiera los papeles. Y Pepeluí ni siquiera subió a azotarla, sino que con gran elegancia se limitó a recordarle que la obligación de todo español desde 1714 es aprender a hablar catalán. Yo no voy a aprenderlo, porque estoy actualmente azacanado con el inglés y mayormente porque no me sale de los ovoides. Pero uno es un caso perdido, irrecuperable para la Zetapaña plurinacional. A pesar de eso, reconozco que no saber catalán es ahondar en la herida histórica cuyo alivio con tanta justicia reclama el nacionalismo del Noreste.
¿Qué hay que hacer para que Pepeluí no se separe de Zetapaña? Que nos prepare una lista de agravios históricos y le ponga precio, para que Z se lo abone en nombre de todos los españoles. Zetapaña no puede prescindir de estadistas y pensadores de la talla de Pepeluí. Los necesitamos para entrar definitivamente en la modernidad.
Un poquito más en serio, pero no demasiado: al lado de estos dos, Duran i Lleida quedó como el Churchill oscense. Qué nivel, Maribel.
TVE aprovecha los créditos de "Cuéntame" para homenajear a cinco terroristas de ETA y FRAP
Televisión Española utilizó el pasado jueves los créditos de la serie "Cuéntame como pasó" para recordar y homenajear a cinco terroristas de ETA y los FRAP que fueron fusilados en 1975, en plena agonía de la dictadura franquista. Mientras pasaban los nombres del equipo que hace la serie, se pudieron apreciar las fotografías de los cinco terroristas, así como imágenes de la tumba de uno de los etarras.
Aquí el vídeo: ETA y los FRAP en "Cuéntame"
RTVE gastará en personal 81 millones de euros más de lo previsto a pesar del ERE
Solbes dice que RTVE es ahora "mucho más eficiente y neutral"
RTVE podrá vetar contenidos para no "perturbar la convivencia"
Por Pablo Molina (http://www.libertaddigital.com/)
Pocas veces se han juntado en un mismo programa de televisión tres estadistas de la talla de Llamazares, Duran i Lleida y Pepe Luis Carod, como ocurrió en la última entrega de "Tengo una pregunta para usted". Ése es un éxito que hay que atribuir al buen hacer de Lorenzo Milá y de TVE. Gracias a la televisión pública, los espectadores pudimos deleitarnos por una noche con las aportaciones intelectuales de estas tres cumbres del pensamiento político contemporáneo.
La aparición de Llamazares fue un gran aperitivo para el menú que esa noche nos iba a servir TVE de la mano de Chef Lorenzo. Pero el líder de IU no fue sincero. Cuando un mozalbete le pidió que hiciera autocrítica sobre su nefasta gestión al frente de la extrema izquierda española, el camarada Gasparovich contestó que, entre otros éxitos rutilantes, gracias a su partido el PP fue desalojado del poder en las últimas elecciones generales.
Miente, y lo sabe. Aquellas movilizaciones tras el asesinato de 192 compatriotas fueron un movimiento espontáneo de la población en general, que por un extraño fenómeno de telepatía decidió acudir en masa a las sedes del partido popular para apedrearlas convenientemente. Lo dijo la SER, y, salvo que nos hayamos vuelto todos locos, Llamazares no es nadie para enmendarle la plana al grupo Prisa.
Es cierto que tanto él como Zapatero enseñaron el camino a la gente al participar en las algaradas callejeras contra la guerra de Irak, desfilando muy juntitos bajo pancartas que llamaban asesino a Aznar. Pero cuando se producía el lanzamiento de objetos contundentes contra los edificios del partido rival o se repartía algún pescozón entre los candidatos de la derecha, se podía detectar perfectamente en las caras de ambos un rictus de contrariedad. "No es esto, no es esto".
Así que Llamazares, por su tibieza revolucionaria, no está legitimado para apropiarse del éxito de las jornadas de exaltación democrática transcurridas entre el 11 y el 14 de marzo de 2004. Eso fue un mérito exclusivo de Pedro Almodóvar y de los artistas megacomprometidos, cuyo único interés era que resplandeciera la verdad por encima de cualquier otra disquisición de índole partidista.
En el último tramo del programa apareció D. Josep Lluís Carod-Rovira, y lo cierto es que no defraudó a sus incondicionales, entre los que me cuento. El show comenzó cuando un joven le llamó por el nombre que figura en su partida de bautismo. Si alguien dudaba de las formas exquisitas de Carod, tras su aparición en este programa le habrán desaparecido por completo, pues, a pesar de los gravísimos insultos que le profirió el público, que llegó a llamarle "José Luis", como el desvergonzado al que me refiero, ni siquiera se lanzó a repartir bofetadas entre la grada; tan sólo levantó un poco la voz para advertir que él se llama como le da la gana aquí y en la China, faltaría más.
Una señora aragonesa con pinta de ama de casa, aunque sin duda era un elemento de extrema derecha disfrazado, le provocó con gran insolencia, buscando que perdiera los papeles. Y Pepeluí ni siquiera subió a azotarla, sino que con gran elegancia se limitó a recordarle que la obligación de todo español desde 1714 es aprender a hablar catalán. Yo no voy a aprenderlo, porque estoy actualmente azacanado con el inglés y mayormente porque no me sale de los ovoides. Pero uno es un caso perdido, irrecuperable para la Zetapaña plurinacional. A pesar de eso, reconozco que no saber catalán es ahondar en la herida histórica cuyo alivio con tanta justicia reclama el nacionalismo del Noreste.
¿Qué hay que hacer para que Pepeluí no se separe de Zetapaña? Que nos prepare una lista de agravios históricos y le ponga precio, para que Z se lo abone en nombre de todos los españoles. Zetapaña no puede prescindir de estadistas y pensadores de la talla de Pepeluí. Los necesitamos para entrar definitivamente en la modernidad.
Un poquito más en serio, pero no demasiado: al lado de estos dos, Duran i Lleida quedó como el Churchill oscense. Qué nivel, Maribel.
TVE aprovecha los créditos de "Cuéntame" para homenajear a cinco terroristas de ETA y FRAP
Televisión Española utilizó el pasado jueves los créditos de la serie "Cuéntame como pasó" para recordar y homenajear a cinco terroristas de ETA y los FRAP que fueron fusilados en 1975, en plena agonía de la dictadura franquista. Mientras pasaban los nombres del equipo que hace la serie, se pudieron apreciar las fotografías de los cinco terroristas, así como imágenes de la tumba de uno de los etarras.
Aquí el vídeo: ETA y los FRAP en "Cuéntame"
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Si señor, con un par ... la televisión de todos los españoles como siempre, al servicio de su amo el poder. Como en tiempos de Franco. Buque insignia de la Prensa del Movimiento pagado por todos nosotros.
Etiquetas: La España de Torrente
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