Sentir, luchar, vencer ... podemos

lunes, marzo 19, 2007

La Pepa



Hoy es el aniversario de la promulgación de la Constitución de 1812 en Cádiz, más conocida como la Pepa. Mucho ha llovido desde entonces, mucho ha pasado en España. Más malo que bueno o bueno que malo según el cristal con que se mire. Lo que resulta innegable es que se ha convertido en mito tanto para los amantes de la Libertad como, en sentido negativo, para los liberticidas.
Vivimos tiempos interesantes en los que ha vuelto con fuerza el grito ¡vivan las cadenas! que caracterizó a los que lucharon contra la Pepa y la libertad, en favor del más rancio absolutismo. Ese grito ha vuelto, travestido de progresismo, pero ha vuelto. Está más vivo que nunca en la boca de los que en nombre del Partido aceptan y fomentan cualquier indignidad, cualquier traición (tenga yo el estómago caliente y ríase la gente), está vivito y coleando en la boca de los que en nombre de la paz apoyan a tiranos genocidas, en la boca de los que defendiendo el feminismo toleran la sumisión de la mujer, en la boca de los que en nombre de la igualdad impiden con sus "proyectos educativos" que salgan del pozo aquellos que podrían aspirar a una vida mejor, en la boca de los que pretenden tener la exclusividad de la libertad de expresión, en la boca de los que pretenden decidir que y como podemos comer, beber, f..... , en la boca de todos aquellos que han sabido explotar el franquismo a toro pasado para asegurarse una vida cómoda en la que no tengan que trabajar.
Hace casi dos siglos España fue vendida por sus gobernantes al mejor postor a cambio de garantizarse para ellos el poder seguir con sus intrigas palaciegas y su politiqueo barato. En Cádiz se refugió un grupo de liberales y, mientras los gaditanos plantaban cara a las tropas de Napoleón, crearon una Constitución que pretendía cambiar para siempre la historia de España. Una Constitución que situaba la Libertad como el mayor bien al que un hombre podía aspirar. Como es habitual no faltó el tirano de turno que aprovechó la lucha y el trabajo de tantos para, dándole la vuelta, conseguir el poder y colocar a los suyos.
¡Cuanto ha llovido y que poco ha cambiado todo! Una vez más habrá que volver a luchar por la libertad, tendremos que plantarle cara a los que bajo la máscara del progresismo nos llevan de vuelta a las cavernas. Una vez más deberemos sentir que no nos quedamos de brazos cruzados y como aquellos gaditanos de comienzos del siglo XIX no nos dejamos asustar por las bombas que tiran los fanfarrones.

Son de piedra y no se notan
las murallitas de Cai
son de piedra y no se notan
pa que en ellas los franceses
se rompan la cabezota

con las bombas que tiran
los fanfarrones
se hacen las gaditanas
tirabuzones
que la hembras cabales
en esta tierra
cuando nacen ya vienen
pidiendo guerra

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