El demagogo del refugio de las trece barras
EL CASTIGO DE LA DEMOCRACIA ORGÁNICA
Para no escribir impulsivamente y en caliente, me he tomado unos días de reflexión, contrastando informaciones, cotejando opiniones, formándome sobre el tema, en definitiva. Las conclusiones a las que uno llega son escalofriantes y no me quiero aventurar a exponerlas todas aún, lo haré otro día, más que nada, por no aburrir al personal con tantas letras.
Las dotes demagógicas de Lopera, eran ya de sobra conocidas y van camino de sentar cátedra universal y sus sofismas de superar a los de Protágoras de Abdera. Maneja el lenguaje como nadie. Todo lo que dice, es o parece –mejor dicho- verdad, pero es en realidad una gran mentira. Pero, amigo, ya nos vamos conociendo -quizás un poco tarde- y su lenguaje opaco e impenetrable ya no puede tapar las miserias de sus actos.
El otro día, volvió a dar un recital. Se convirtió en circo y cachondeo nacional, y provocó la rabia y el llanto de muchos béticos que se muestran impotentes ante el poder de un personaje que ha hecho del Betis una maquinaria engrasada con un entramado legal –ilegal, o alegal, que nunca se sabe- hipercomplejo y absolutamente ventajista.
Ahora, al chico, le ha salido la vena de la democracia. Orgánica, claro. Aquel que se autoproclamaba como la persona que realizaba la voluntad de los béticos, ahora se descubre revelándonos la cruda realidad. Nos ignora, nos engaña, nos castiga con esta democracia orgánica y luego, nos intenta anestesiar con su verborrea y con su manido discurso. Nos llama soberanos pero esa soberanía la perdemos en cuanto le pedimos algo que se sale de su voluntad. Si le pedimos que se vaya, entonces los “Notables” nos están pagando para que lo digamos. Seguramente, este artículo también estará financiado por ese grupo que tiene tan poco predicamento en el beticismo como el propio presidente. Ninguno.
Lopera cabreado es muy peligroso. Y cuando se cabrea recurre a su poder para castigar y para amenazar. Nos castiga haciéndonos la trampa de unas elecciones estériles. Si ponemos a un presidente, él se encargará de que no pueda hacer el bien para el Betis y seguirá mandando en la sombra pero con más malas ideas que nunca. Para que todos nos demos cuenta de que él, es el mejor –y mi abuelo pirotécnico-. Si por el contrario, no acudimos a votar –como debemos hacer para no participar en esta pantomima-, dirá que le queremos y que le apoyamos. Cosa que podemos demostrar que es rotundamente falso haciendo oír nuestra voz. Lo que venga después, no lo sé, pero lo cierto es que cada vez le quedan menos películas que montarse.
Lopera olvida que por muy dueño que sea de un club, esto no es una empresa de lavadoras, que aquí hay detrás los sentimientos y las vidas de mucha gente. Que está jugando no con un negocio, sino con el sentimiento de miles y miles de personas. Los béticos tenemos que poner fin a esta negra etapa. Cuanto más tardemos peor y si le seguimos el juego, estaremos cayendo en su trampa y haciendo realidad su castigo.
Más allá de no ser partícipes de este paripé que ha montado el solito, tenemos que seguir demostrando que queremos que este hombre abandone definitivamente la entidad, que juntos lo conseguiremos. Al final, es el pueblo quien gana, es la mayoría quién se impone y es el beticismo quien vence. Por eso digo sí a la manifestación por mucho que Lopera mande a Pepito León a decir cuatro recados. Él está intentando castigarnos, pero seremos nosotros quienes lo castiguemos a él. No olvidéis que tenemos que estar unidos, sí, todos a una en el partido, animando a nuestro equipo. Ahora bien, estar unidos no es callar y agachar la cabeza para seguir siendo humillados.
Crifybetico (http://www.betisweb.com)
¡¡¡VIVA EL BETIS MANQUEPIERDA!!!
¡¡¡LOPERA VETE YA!!!
Para no escribir impulsivamente y en caliente, me he tomado unos días de reflexión, contrastando informaciones, cotejando opiniones, formándome sobre el tema, en definitiva. Las conclusiones a las que uno llega son escalofriantes y no me quiero aventurar a exponerlas todas aún, lo haré otro día, más que nada, por no aburrir al personal con tantas letras.
Las dotes demagógicas de Lopera, eran ya de sobra conocidas y van camino de sentar cátedra universal y sus sofismas de superar a los de Protágoras de Abdera. Maneja el lenguaje como nadie. Todo lo que dice, es o parece –mejor dicho- verdad, pero es en realidad una gran mentira. Pero, amigo, ya nos vamos conociendo -quizás un poco tarde- y su lenguaje opaco e impenetrable ya no puede tapar las miserias de sus actos.
El otro día, volvió a dar un recital. Se convirtió en circo y cachondeo nacional, y provocó la rabia y el llanto de muchos béticos que se muestran impotentes ante el poder de un personaje que ha hecho del Betis una maquinaria engrasada con un entramado legal –ilegal, o alegal, que nunca se sabe- hipercomplejo y absolutamente ventajista.
Ahora, al chico, le ha salido la vena de la democracia. Orgánica, claro. Aquel que se autoproclamaba como la persona que realizaba la voluntad de los béticos, ahora se descubre revelándonos la cruda realidad. Nos ignora, nos engaña, nos castiga con esta democracia orgánica y luego, nos intenta anestesiar con su verborrea y con su manido discurso. Nos llama soberanos pero esa soberanía la perdemos en cuanto le pedimos algo que se sale de su voluntad. Si le pedimos que se vaya, entonces los “Notables” nos están pagando para que lo digamos. Seguramente, este artículo también estará financiado por ese grupo que tiene tan poco predicamento en el beticismo como el propio presidente. Ninguno.
Lopera cabreado es muy peligroso. Y cuando se cabrea recurre a su poder para castigar y para amenazar. Nos castiga haciéndonos la trampa de unas elecciones estériles. Si ponemos a un presidente, él se encargará de que no pueda hacer el bien para el Betis y seguirá mandando en la sombra pero con más malas ideas que nunca. Para que todos nos demos cuenta de que él, es el mejor –y mi abuelo pirotécnico-. Si por el contrario, no acudimos a votar –como debemos hacer para no participar en esta pantomima-, dirá que le queremos y que le apoyamos. Cosa que podemos demostrar que es rotundamente falso haciendo oír nuestra voz. Lo que venga después, no lo sé, pero lo cierto es que cada vez le quedan menos películas que montarse.
Lopera olvida que por muy dueño que sea de un club, esto no es una empresa de lavadoras, que aquí hay detrás los sentimientos y las vidas de mucha gente. Que está jugando no con un negocio, sino con el sentimiento de miles y miles de personas. Los béticos tenemos que poner fin a esta negra etapa. Cuanto más tardemos peor y si le seguimos el juego, estaremos cayendo en su trampa y haciendo realidad su castigo.
Más allá de no ser partícipes de este paripé que ha montado el solito, tenemos que seguir demostrando que queremos que este hombre abandone definitivamente la entidad, que juntos lo conseguiremos. Al final, es el pueblo quien gana, es la mayoría quién se impone y es el beticismo quien vence. Por eso digo sí a la manifestación por mucho que Lopera mande a Pepito León a decir cuatro recados. Él está intentando castigarnos, pero seremos nosotros quienes lo castiguemos a él. No olvidéis que tenemos que estar unidos, sí, todos a una en el partido, animando a nuestro equipo. Ahora bien, estar unidos no es callar y agachar la cabeza para seguir siendo humillados.
Crifybetico (http://www.betisweb.com)
¡¡¡VIVA EL BETIS MANQUEPIERDA!!!
¡¡¡LOPERA VETE YA!!!
Etiquetas: El refugio de las trece barras
1 comentarios:
La época de Lopera ha sido una como tantas otras de las que ha habiedo en este club o en cualquier otro. Sin embargo, cuando no se logra determinar el fin de una época y concluirla, ésta se vuelve peligrosa hasta tal punto que amenaza todo el resto de la estructura. Realmente parece increible cómo una época puede ser capaz de destruir toda una realidad, una vida... o un sueño.
Esta época ha llegado a su fin. Es el momento indicado para pasar página a una nueva era en la que podamos recuperar todo lo que nos pertenece, una era en la que nos llene de alegría y gozo formar parte de todos los béticos del universo.
De Anónimo, A las 11/12/2006 1:59 p. m.
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