SGAE = LADRONES
"SGAE = ladrones" publicado en todos los blogs
La SGAE ha conseguido, de manera arrolladora, situarse como una de las entidades más capaces de concertar un sentimiento de odio y resentimiento más unánimes en nuestro país, de la misma manera que la RIAA, lo suscita en los Estados Unidos.
La denuncia de la SGAE a Julio Alonso ofende tanto al sentido común como ofende a algo tan esencial como la libertad de información, el derecho a componer un titular para informar de una noticia que consideras relevante.
El 23 de abril de 2004 a la 01:26 un individuo llamado Julio Alonso publicaba en su blog, merodeando.com, una entrada en la que informaba de un Google Bombing contra la SGAE.
Algo más de tres años después Julio Alonso ha publicado este otro post donde informa que la Sociedad General de Autores le ha demandado exigiéndole la retirada del post y sus comentarios, una rectificación pública y el págo de 9000 euros.
Como escribe el siempre brillante Enrique Dans en LibertdDigital, las prácticas habituales de la SGAE dejan poco lugar a la especulación sobre qué la hace merecedora de tanto odio: participa como lobby en desarrollos legislativos que atentan contra la libertad de todos los españoles, ejerce una enfermiza influencia sobre una ministra que se niega a escuchar a otros interlocutores, amenaza con "echar a los artistas encima" de las formaciones políticas que se atrevan a contravenir sus deseos, insulta gravemente a todos los internautas, y consigue retorcer la ley hasta definir como delictivas conductas que jamás deberían haberlo sido de acuerdo con el más elemental sentido común.
Ante todos los españoles, la SGAE es una sociedad que se encuentra "por encima de la Ley". Como consecuencia, ha visto su sede asaltada por cientos de personas, tenderetes y pancartas desplegadas en su puerta, huevos llenos de tinta arrojados contra su fachada, y miles de páginas en Internet que les califican de ladrones o se ponen de acuerdo para dirigir a su página vínculos con esa misma palabra, "ladrones", con el fin de conseguir que aparezca la primera en Google cuando buscas dicho término.
Algo que debería, como mínimo, llevarles a repensar su conducta, en lugar de perseverar tozudamente en la misma. Son como ese automovilista que, al recibir una llamada previniéndole de que un loco circula en sentido contrario por la autopista, responde "¿Uno? Uno, no... ¡Cientos! ¡Miles!"
La última de la SGAE ha sido demandar por nueve mil euros a un pacífico ciudadano, una persona de bien –y doy fe porque lo sé, lo conozco y es, además, amigo mío– que tuvo el atrevimiento de informar, en su página personal, acerca del llamado Google bombing contra la SGAE.
sin dar un palo al agua
del dinero de los demás
Etiquetas: Talibanes del ecologismo y otros "ismos"
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio