Desde las profundidades

Por un motivo u otro hacía varias semanas que no buceaba. Hoy por fin he podido hacerlo con mi "sirena" favorita. Es difícil describir lo que se siente allá abajo al que no lo ha probado nunca. Es un mundo mágico (a pesar de lo gastada que está esa palabra), rodeado de peces que se te acercan a curiosear o se alejan asustados, rascacios camuflados sobre las piedras, grandes bancos de bogas, salemas o besugos, sargos grandes entre dentones enormes, pulpos a los que perseguir para juguetear con ellos y después soltarlos, centollos que intentan agarrarte con sus pinzas, morenas que sacan sus cabezas amenazadoras entre las rocas pero que nunca te atacan y hoy, de propina, vimos en una cueva un congrio grandisimo junto a un bogavante enorme (eso si que es una auténtica "alianza de civilizaciones"). Y no es un mundo silencioso como dicen algunos. Oyes tu respiración y eres consciente de ella como nunca lo habías sido antes. Oyes las burbujas, el barco que pasa quizas a kilometros de tí, quizas sobre tu cabeza. Oyes el movimiento interminable del mar. Ahí abajo, a veintitantos metros no hay política, no hay terrorismo, no hay islam, no hay progres, .... Solo estamos el mar, mi compañera y yo.